Yo evito el vacío poniéndome en situación de estrés, otros se deprimen, otros… Así nos abocamos al vacío estéril del que hablaba Perls, un vacío desvitalizante y donde parece que no hay «nada». Yo llego al bloqueo autopresionándome, el deprimido llega al sin sentido. ¿Cómo lo haces tú?
Escuchemos a Claudio Naranjo: «La nada, el vacío, la falta de significación, la trivialidad, son todas experiencias en que no hemos abandonado totalmente las expectativas o los estándares, mediante los cuales medimos la realidad. No surgen de un puro darse cuenta sino de comparaciones.»
Deseo seguir transitando por la experiencia de trabajar en equipo. En él vivo casi de todo: amistad, rivalidad, apoyo, alimento profesional… y, ahora, un vacío. Ramón es un hueco grande en el equipo. Grande es su entrega y su capacidad. Albert es un hueco en un lugar de maestro. Su brillantez de comprensión nos ha imprimido a todos a través de su capacidad de elaboración y transmisión.
Vivo tristeza e inseguridad frente a la separación. Ambas del orden de lo frágil, vulnerable, blando, débil… ¡peligro! En lugar de simplemente dejarme sentir, me disparo, me tenso, desconfío y genero ansiedad. Me presiono y me obligo al servicio de una competitividad con la que aún no sé disfrutar. Mientras sigo esta espiral estoy lejos del vacío y del no saber, reales y necesarios para la emergencia de lo nuevo y genuino.
Después de llorar la pérdida, cuando la siento, es cuando puedo recuperar la sensación de amplitud y contentura que me aporta dicha decisión de separación. Pretender no sentir el susto es volver a tensarme. Me voy acordando de que tengo la posibilidad, no siempre a mano, de mirarme con mayor ternura. ¡Bendita apertura! La segunda lectura del Manual de iluminación para holgazanes, de Thadeus Golas, me ha hecho mella, tenía el campo abonado.
…apertura consciente a la experiencia.
Cristina Nadal (2000)
Oct 02, 2016 - 05:21 AM
Me emociono al leer(te) aquí. Aquí, para mí, entra aquello de «un ejemplo vale más que mil palabras».